Contenedores de Maersk Refrigeration encuentran nuevo uso en almacenaje de artefactos arqueológicos

Los contenedores refrigerados de alta tecnología de Maersk Container Industry encontraron una aplicación nueva e inusual: conservación en el sitio de artefactos arqueológicos frágiles.

Los contenedores refrigerados Star Cool de MCI están en Lubeca, Alemania, donde se encontró una estructura de madera antigua y única durante la construcción de una nueva vivienda. Una excavación para rescate en el sitio declarado patrimonio de la humanidad por la UNESCO dejó al descubierto una bodega para almacenaje de madera que data de 1180. Entre los cultivos que una vez se guardaron en la bodega aparentemente hubo lúpulos y cereales que podrían dar información sobre la producción de cerveza alemana medieval.







No obstante, la conservación de la bodega es difícil. Artefactos de este tipo se descompondrán y desintegrarán si durante su reubicación son expuestos a temperatura y humedad radicalmente distintas.

“Se eligió a Star Cool por su control extremadamente preciso de la temperatura y la atmósfera. Esa precisión es imprescin-dible si se quiere preservar activos culturales delicados como estructuras orgánicas húmedas”, señaló la conservadora Maruchi Yoshida que trabaja en asociación con el Fraunhofer-Institute for Building Physics and Leibniz-Gemeinschaft para administrar el proyecto del contenedor refrigerado, ARCHe.

Normalmente, los contenedores refrigerados Maersk con las denominadas tecnologías CA y AV+ se usan para transporte de carga delicada como bananas, vegetales, pescado y carne a través del mundo. Ahora, la prueba piloto ARCHe podría arrojar nuevas perspectivas de negocios.

“Estamos analizando un plan de negocios para una compañía que pueda ofrecer servicios de conservación y contenedores refrigerados con poca anticipación a la solicitud por descubrimiento de nuevos sitios arqueológicos”, comentó Maruchi Yoshida. “Una compañía como esa beneficiaría a constructoras urbanas y a oficinas que cuidan patrimonios culturales, pero sobre todo a la sociedad a la que ese patrimonio cultural pertenece”.

















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