Una unidad de tratamiento de aire, comúnmente llamada UTA, es la composición de módulos configurables con forma de cajas accesibles cuyo interior puede albergar los componentes oportunos de ventilación para purificar, climatizar o renovar el aire de un edificio o local o bien en líneas de producción industriales.
Su instalación, habitualmente, se dispone sobre la cubierta de los edificios y, a través de conductos, se hace circular el aire para que llegue a cada una de las estancias de la edificación en cuestión.
Funciones principales de una UTA
Además de gestionar la ventilación adecuada del interior con aire exterior, la UTA cumple otras funciones:
- Filtración y control de la calidad del aire que llegará al interior, gracias a los filtros de purificación del aire, y en función de la retención de estos filtros, el aire será más o menos limpio.
- Control de la temperatura del aire que regula el sistema de climatización en frío o calor, para que la sensación térmica en el interior sea la deseada.
- Monitorización de la humedad relativa para mayor confort en el interior.
- Renovación del aire.
Por su parte, los lugares a los que se destina la UTA es muy variado. Puede ir a un sitio en los que el flujo de personas es muy grande o acumula a mucha gente al mismo tiempo y cuya ventilación natural es limitada: comedores de hotel, salones de actos, restaurantes, salones de convenciones… También es una opción adecuada para aquellos espacios con requisitos de higiene muy alto: laboratorios farmacéuticos, salas blancas, quirófanos o líneas de empaquetado de alimentación, entre otros. Y también una UTA puede ser empleada para renovar el aire en lugares cuya climatización es mediante radiadores o suelo radiante, por ejemplo.
¿De qué se compone una UTA?
La configuración de una UTA variará en función de las necesidades de su instalación y es totalmente adaptable a cada proyecto. Los componentes más habituales son los siguentes:
Entrada de aire: las unidades de tratamiento de aire recogen aire del exterior, que tratan y distribuyen por las estancias; y/o aire interior que se “recicla”.
Filtro: dependiendo de las necesidades de pureza de aire, el filtro que se aplique será de mayor o menor retención de virus, bacterias, olores, partículas y otros contaminantes del aire.
Ventilador: es un sistema electromecánico que da potencia al aire para expulsarlo de la UTA hacia los conductos que reparten el aire por las dependencias.
Intercambiadores térmicos: dispositivos que transfieren entre dos fluidos la temperatura, en este caso, líquido refrigerante y aire, separados por una barrera sólida.
Batería de refrigeración: el aire que pasa a través de este módulo se enfría. En este proceso pueden generarse gotas de agua que son recogidas en una bandeja de condensados gracias al separador de gotas incorporado.
Silenciador: recubrimientos que reducen considerablemente el nivel sonoro de la instalación.
Plénums: espacios vacíos en que el flujo de aire se homogeniza.
Al contar con recuperadores de calor, la UTA reduce el uso de energía requerida en climatización, pues en el intercambiador, el aire interior y exterior se mezclan, de forma que cuando llega el aire a la batería el contraste de temperatura es menor, por lo tanto, el aporte climático también es menor y el consumo de energía, también se reduce.
Así mismo, la regulación variable de los equipos favorece que los ventiladores puedan trabajar ajustándose a las necesidades de caudal, viendo reducido su consumo.
Con información e imágenes de: Airtècnics