EL SÍNDROME DEL EDIFICIO ENFERMO

El síndrome del edificio enfermo es definido por la Organización Mundial de la Salud como un conjunto de enfermedades originadas o estimuladas por la contaminación del aire en espacios cerrados dentro de las edificaciones. Esto se traduce en un conjunto de molestias y enfermedades originadas por la mala ventilación, la descompensación de temperaturas, las cargas iónicas y electromagnéticas, las partículas suspendidas, los gases y vapores de origen químico y los aerosoles, entre otros agentes causales identificados plenamente en estos espacios.

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El tipo de malestares que producen e identifican estas situaciones es varia-do y van desde jaquecas, náuseas, mareos, resfriados, irritaciones de las vías respiratorias, piel, ojos, destacando entre estos malestares las alergias como el más común.

Los factores que contribuyen al síndrome del edificio enfermo se relacionan al diseño del ambiente construido, y pueden incluir la contaminación interior del aire, la ausencia en el diseño del edificio de accesos de luz natural propiciando el uso excesivo de fuen-tes de luz artificial (iluminación eléctrica) ya que la excesiva iluminación genera reflejos en las pantallas de trabajo en escritorios y monitores de los usuarios, ausencia o deficiencia en los sistemas de ventilación y climatización aunado a un mal posicionamiento en el diseño de estos sistemas, diseños anticuados en mobiliario y equipos sobre todo en oficinas o centros de trabajo lo que se traduce en la ausencia de ergonomía a los usuarios.

Para los usuarios de un “edificio enfermo” en un centro de trabajo los síntomas pueden incluir altos niveles de empleados enfermos o ausentismo, baja productividad, baja satisfacción laboral y alta rotación de empleados.

Las soluciones recomendadas para reducir este síndrome o corregirlo son la remoción de las fuentes de contaminantes o su modificación mediante el mantenimiento de los sistemas de ventilación y aire acondicionado, el reemplazo y limpieza de plafones de techos, paredes y carpetas sellados al agua, la aplicación de restricciones a los fumadores dentro del inmueble, la construcción de las áreas de almacenaje fuera del edificio en espacios confinados donde se almacenen bajo los estándares de seguridad fuentes de emisiones contaminantes como pinturas, adhesivos, solventes, insecticidas y limitar el uso de esos contaminantes solamente durante periodos de no ocupación del edificio, así como el rediseñar la posición de las fuentes de descarga de los sistemas de aire acondicionado y ventilación de manera indirecta para que nunca estén sobre las cabezas o sobre los cuerpos de las personas que conviven en las estancias.

Por último el punto más importante para evitar el síndrome del edificio enfermo es el diseño de edificaciones acorde a las normas recomendadas para proveer de condiciones ambientales adecuadas en las estancias en la que tengan que convivir varias personas con los criterios lógicos de calidad del aire interior.