En Francia, el presidente y director ejecutivo de Danfoss, Kim Fausing, ha pedido a los ministros de energía y clima del mundo que hagan más para implementar y ejecutar políticas de eficiencia energética como una herramienta clave para frenar la demanda de energía, garantizar la seguridad energética y mitigar el cambio climático.
Hablando en la 8va Conferencia Global Anual sobre Eficiencia Energética de la Agencia Internacional de Energía (AIE) en Versalles, Francia, Fausing reflexionó sobre el progreso que se ha logrado en el año transcurrido desde que se celebró la conferencia en Sønderborg, Dinamarca, y donde se adoptó el Plan de Acción de Sønderborg.
“En Sønderborg, hace un año, demostramos sin lugar a dudas que el valor de reducir la demanda de energía, junto con el aumento de la oferta, es un componente esencial pero pasado por alto de la transición energética. También ilustramos que es bueno para los negocios, ya que la mayoría de las soluciones tienen tiempos de recuperación de menos de 3 años. De hecho, el Dr. Fatih Birol incluso acuñó a Sønderborg como la capital mundial de la eficiencia energética. Este fue sin duda un punto de inflexión, pero ahora no es el momento de descansar. Más bien, es el momento de implementar, ejecutar y hacer un seguimiento de la eficiencia energética y la productividad de las máquinas”, comentó Fausing.
Si bien el progreso de la eficiencia energética global alcanzó el 2.2% en 2022, el doble del promedio de los cinco años anteriores, aún está muy por debajo de las mejoras necesarias del 4% anual para el período 2020-2030 para que el mundo alcance los objetivos climáticos del Acuerdo de París. La demanda mundial de energía creció un 1% en 2022. Sin avances en la eficiencia energética, la AIE afirma que esto habría sido casi tres veces mayor.
Fausing destacó que el impulso para construir un nuevo suministro de energía continúa eclipsando los esfuerzos para reducir la demanda a través de medidas de eficiencia energética y pidió una narrativa actualizada sobre la eficiencia energética. Al presentar el concepto de «eficiencia energética 2.0», dijo que es mucho más que simplemente reducir la demanda y que será aún más importante a medida que se acelere la transición hacia la energía limpia. El mundo necesita soluciones digitales como IoT (Internet de las cosas) e IA (Inteligencia Artificial) para crear la flexibilidad que nuestros sistemas de energía necesitarán a medida que crezca la proporción de energías renovables.
Fausing expresó que la IEA ha llamado acertadamente esta década como “la década para la acción”. La eficiencia energética 2.0 significa utilizar la electrificación y la integración sectorial para utilizar nuestra energía de forma más inteligente, equiparando la oferta y la demanda. “Sabemos que el exceso de calor (de supermercados, centros de datos, industria, plantas de tratamiento de aguas residuales) en la Unión Europea corresponde a la demanda total de energía para agua caliente en edificios residenciales y del sector servicios. Sin embargo, en su mayoría no se utiliza. En pocas palabras, no habrá un futuro con neto cero sin eficiencia energética” manifestó.